COMUNICADO SCP - "Mortalidad y desnutrición en los niños y niñas en Colombia: una realidad inaceptable", 8 de febrero de 2016
Consideramos que más allá de entrar en la discusión
planteada por funcionarios del Ministerio de Salud a raíz de los casos de la
última semana reportados en La Guajira, de si una muerte infantil es “por
desnutrición” o “asociada a desnutrición”, el país se debe preocupar por cada
vida de un niño o niña que se pierde por causas claramente evitables, como son
todas las que tienen asociado algún grado de desnutrición.
Recordamos que en la última encuesta de situación
nutricional (ENSIN 2010), La Guajira presentaba el tercer más alto
índice de desnutrición crónica en población menor de 5 años con un preocupante
27,9 %, solo superada por otros dos departamentos con mayoría de población
indígena: Vaupés, con 34,7 % y Amazonas, con 28,7 %. Los tres departamentos
tenían más del doble del promedio nacional que era del 13,2 %, cifra de por sí
ya bastante alta.
Sin saber el resultado de los análisis a profundidad de los
tres casos de muertes de niños Wayuu que fueron conocidos por el país la semana
pasada, es claro que la población indígena de La Guajira, como la población
indígena de Vaupés, Amazonas, Chocó y otros departamentos vive en situación de
extrema vulnerabilidad y que la mala situación de salud de los niños y niñas
indígenas se origina en la sistemática vulneración de sus derechos
fundamentales al agua potable, la alimentación adecuada, el acceso al sistema
de salud y el adecuado saneamiento ambiental, entre otras vulneraciones.
Una sola muerte infantil debida o asociada a desnutrición es
inaceptable y exige la implementación de políticas de Estado que protejan el
derecho a la vida de todos los niños y niñas del país.
Queremos informar que la Sociedad Colombiana de Pediatría,
consciente de su corresponsabilidad en garantizar el derecho a la salud y la
nutrición de los niños y niñas del país, ha celebrado un convenio de
cooperación para trabajar de manera conjunta con el Texas Children Hospital de
Houston (con quien desarrollamos una alianza académica) en el programa SAIL
(salud y autosuficiencia indígena en la Guajira), que consiste en un programa
de salud cuya meta es mejorar la calidad de vida de las actuales y futuras
generaciones de la región, especialmente de la población maternoinfantil. En el
programa se cuenta con actividades como el traslado de médicos y personal de
salud a 172 comunidades wayuu para prestar asistencia médica, además de ofrecer
capacitación para profesionales locales.
Consideramos que la cooperación de la sociedad civil es un
apoyo necesario y fundamental para las comunidades en situación crítica, pero
que esta no reemplaza el deber del Estado de generar políticas incluyentes para
la población indígena que, respetando su cultura, garanticen el acceso al agua
potable y a una nutrición adecuada, así como el acceso, oportunidad y calidad
de los servicios de salud, tal como lo establece la Ley Estatutaria de Salud.